La piel grasa es producto de una sobre actividad de las glándulas sebáceas de la cara. Si tienes problemas de brillo en la cara, tu piel "se come" el maquillaje y eres propensa a la aparición de granitos y puntos negros, muy probablemente tienes tipo de piel graso. Existen muchos mitos en torno a este tipo de piel, en este artículo te ayudamos a desenmascararlos:
MITO 1: debo de lavar mi rostro muchas veces al día para controlar la grasa
FALSO: además de limpiar, los jabones eliminan la grasa de la piel, sin embargo, si lo haces muchas veces al día pueden llegar a resecar tu piel y las glándulas sebáceas producirán más grasa para contrarrestar el efecto. Lo recomendable es hacerlo 2 veces por día.
MITO 2: los productos para pieles grasas deben de contener alcohol para secar la piel
FALSO: aunque es cierto que el alcohol tiene un efecto inmediato de secar la piel, irrita las glándulas sebáceas y éstas producirán aún más grasa para compensar la que eliminó el alcohol.
Te recomendamos mejor utilizar productos que contengan ingredientes naturales con efecto astringente suave como el té verde, hamamelis o flor de naranjo que no irritarán tu piel, pero le darán un efecto fresco.
También puedes mezclar tus productos con aceite de árbol de té que ayudará a dejar tu cutis libre de imperfecciones de una manera natural.
MITO 3: la piel grasa no necesita usar productos hidratantes
FALSO: la producción de grasa cumple con la función de nutrir la piel, sin embargo, la piel grasa también está expuesta a las agresiones del exterior como la luz solar, la contaminación, el viento, etc. y por lo tanto a la deshidratación. No se debe de confundir nutrición con hidratación. Te recomendamos usar sérums hidratantes que no dejarán una textura grasosa en tu piel y crema hidratante especial para piel grasa.
MITO 4: el maquillaje ayuda a controlar la piel grasa
FALSO: el maquillaje puede llegar a tapar los poros, afectar a las glándulas sebáceas y causar imperfecciones. Esto no quiere decir que no puedas usarlo, sino que es muy importante encontrar productos no comedogénicos (que no tapan los poros) especiales para este tipo de piel y siempre desmaquillar y lavar el rostro antes de dormir.